miércoles, 15 de febrero de 2012

Elementos del arte

Fundamentos básicos
La arquitectura, y el arte egipcio en general, se encuentran condicionados por una serie de elementos que, asimismo, marcan las pautas de tan peculiar civilización:
  1. El medio natural: El río Nilo se convierte en el eje de la vida, su carácter cíclico delimita la vida económica (división del año en 3 estaciones: crecida, germinación y recogida de cosecha) y es el eje del transporte. Este carácter cíclico de renovación coincidía con el del Sol (salida de Horus, el Sol purificado, tras su viaje nocturno por las regiones subterráneas) lo que dio a entender que, igualmente, el difunto volvería a la vida tras su muerte. Creencia estrechamente relacionada con las creencias en el mito de Osiris, el gran dios de la vida tras la muerte, el soberano del mundo subterráneo y base del ciclo de vida-muerte-resurrección El guardián de este orden inmutable y generador era el faraón.
    Igualmente, y por otro lado, en este rico mundo agrario nace la medida, el catastro y la geometría para controlar las crecidas. Elementos de importancia suma para una arquitectura que se dispondrá en planos cuadrangulares, sillares regulares y medidas geometrizadas.
    Por otro lado, el aislamiento que proporcionaba la geografía al valle del Nilo, propició un sentimiento de seguridad y eternidad, de auténtico vergel, de tierra sagrada a los egipcios que, en cierto sentido, les llevó a un cierto distanciamiento del extranjero y a un orgulloso nacionalismo que casi podríamos calificar de egocentrismo.
  2. La religión. Tanto por la complejidad del panteón como por las creencias sobre la vida después de la muerte que condicionan las tipologías arquitectónicas fundamentalmente religiosas y funerarias. Para desarrollar el viaje al “más allá”, el ba (alma) y el ka (fuerza vital que resta junto al cuerpo) debían permanecer unidos, lo que se cumplía mediante la momificación y la estatua del doble del difunto localizados en un mismo espacio; cumplido el rito el difunto podía subir en la barca del Sol-Rah y descender al mundo inferior donde se presentaba al Tribunal de Osiris. Estas magnas tareas estaban reservadas exclusivamente al faraón.
  3. El faraón. Con una naturaleza más próxima a los Dioses que al hombre es el regulador de todas las cosas y el encargado de asegurar la protección de los dioses para su pueblo. Su naturaleza divina (los dioses que personificaban al soberano de Egipto fueron Osiris y Horus, el primero era aquel en el que se encarnaba el faraón al morir, para seguir gobernando en el mundo subterráneo; el segundo, Horus, era el faraón reinante en la tierra) y su importancia a todos los niveles aglutinará en torno a sí al resto de la sociedad, también para la construcción de sus grandes moradas, ejemplos de su poder y para las que pone a su servicio los recursos del Estado, siervos y esclavos.
Elementos generales
Es un arte hecho para los muertos, el rey y los dioses. Es decir, está pensada para la eternidad para prolongar la vida en la tierra por lo que tumbas (mastabas, pirámides e hipogeos) y templos (en ocasiones subterráneos) son las manifestaciones principales.
Utilización de materiales “eternos”, fundamentalmente piedra. Esta está bien escuadrada, dispuesta en sillares cortados geométricamente, siguiendo medidas perfectas.
Es una arquitectura arquitrabada, basada en líneas horizontales y verticales (inclinadas en el caso de las pirámides), pero nunca curvas.
Monumentalismo y colosalismo consciente en relación a la función a cubrir. Se impone la masa indestructible, eterna, estable, sobrenatural, sin preocupación por la proporción. No se utiliza la escala humana de representación, que queda empequeñecida.
Pureza de formas, masas y volúmenes (bien horizontales o verticales) que obedecen, en muchos casos, a un deseo de simplificación, al que corresponde la capacidad de abstracción y de reducción a formas geométricas simples (llevada a su extremo en la IV dinastía con las superficies puras continuas). Ejemplo de ello serían las pirámides o los obeliscos, formas geométricas puras.
Esta geometrización y simplificación hace que la simetría y la construcción siguiendo un eje longitudinal sean dos principios básicos. La duplicación de las formas, propia de una simetría axial, determina el carácter estático equilibrado de la arquitectura.
Abundante presencia de elementos decorativos, frecuentemente inspiradas en la naturaleza (papiros, flor de loto, palmeras, animales), junto a símbolos (anj) y representaciones de dioses y faraones en bajorrelieves que se aprovechan de la pureza de las superficies. Así la fusión de escultura y arquitectura alcanza unos niveles muy elevados en lo que puede ser un nexo, casi inexplicable, entre naturaleza y abstracción.
Es una arquitectura que nos habla de una gran concentración del poder en el faraón, una clara jerarquización social y una compleja organización del trabajo. Todo ello manifestación del poder de un pueblo y su faraón.

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