lunes, 20 de febrero de 2012

La alta ciencia de Egipto

¿Cuales eran los conocimientos que poseía el iniciado?
Los documentos sólo dicen que es Dueño de los Secretos y que posee la ciencia de las cosas.
Domina, pues, enseñanzas especiales que sólo los adeptos conocen y que se relacionan con la religión. Lo que sabe debe permanecer siempre oculto para la gente vulgar. Estas cosas escondidas, son las cosas divinas, la Alta Ciencia.
He aquí todo lo que nos dicen los textos, y es comprensible toda vez, que estando destinados a los iniciados, no había precisión de que fuesen más explícitos. Y aún estos mismos documentos enigmáticos debían permanecer siempre ocultos.
El papiro no se recata para ordenar: “Que sólo sea visto por ti y por el que te lo ha mostrado”.
Por añadidura, hay en el libro secreto de la morada esta advertencia: “Darlo a conocer, constituye una abominación”.

Los libros, efectivamente, han continuado siendo herméticos. Nada han dejado traslucir que permita vislumbrar lo que fueron aquellas ocultas enseñanzas. Pero la verdad, es siempre una, y el adepto de nuestros días puede suponer lo que sabía su antecesor. De todas suertes, lo propio que era para el de Egipto, al iniciado actual le está vedado levantar públicamente el velo que cubre los Misterios.
Por nuestra parte, nos limitamos a dar aquí algunas ideas elementales que nuestros estudiantes podrán meditar y todos los que se propongan, seguirlas.
"El adepto contempla la vida desde un punto de vista diferente al del profano".
"Sabe que el mundo visible, al que concede el segundo tanta importancia, no es más que un débil reflejo del verdadero mundo viviente".
"La vida real está en lo invisible".
"Allí radican los ritmos secretos que organizan a la materia y que diferencian la producción".
"Allí se producen las palpitaciones que animan al mundo, según el curso de su evolución".
"Allí nacen y mueren todas las formas, sin alterar la sustancia divina y únicamente la verdadera".
"Lo invisible es la matriz de toda cosa, el centro de toda actividad. En él todos los soplos de lo alto verifican estas mutaciones aparentes, que constituyen la vida exterior dentro de los límites trazados por el tiempo y el espacio".
"Todo lo que ve el neófito no es más que una proyección del Mundo real. Esta proyección tiene, en mayor o menor escala, el aspecto de la existencia; pero fuera de lo invisible, las construcciones de la materia resultarían muertas, como ocurriría en una casa que no tuviese habitantes".
"Los ritmos (que se someten a la ley de los números), condicionan toda vida, desde la más pequeña célula, hasta el mayor universo. Por ellos, las corrientes de la vida circulan, dando a todos los seres su propia forma y su peculiar belleza".
"Actuar sobre estos ritmos, tal es el gran principio de la Magia sagrada. Vibrar al unísono con los ritmos superiores, para adquirir la omnipotencia, es la alta ambición del sabio. Mantenerse en la recta vía (donde es bueno caminar) constituye el ideal propuesto. Sólo allí el iniciado puede tener la percepción de los ritmos puros y divinos que conceden el poder a su verbo".

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