jueves, 27 de diciembre de 2012

LA SOCIEDAD EGIPCIA


La sociedad egipcia se presenta como enormemente jerarquizada y con elevados grados de dependencia, entre el extremo más alto, el del faraón, hasta el más bajo, los esclavos, generalmente prisioneros provenientes de las guerras con otros países. Incluso se llega a decir que la sociedad egipcia se dividió en dos clases: el faraón y el resto, ya que todo el resto personas, bienes, tierras, le pertenecía, al ser la encarnación de los dioses en la tierra y el señor del alto y bajo Egipto. Pero entre los dos extremos que hemos citado más arriba, existían otras muchas consideraciones: desde los altos funcionarios, verdaderos “faraones” del territorio sobre el que gobernaban, hasta artesanos y campesinos que pagaban sus impuesto y gozaban de una cierta independencia e incluso de bonanza si la economía atravesaba una de sus etapas de expansión.

EL FARAÓN: representante del dios Horus en la tierra y el enlace entre los dioses y los hombres. Se observa una teoría dual de la monarquía, como gobernador del Alto y el Bajo Egipto, por eso el monarca se representa con dos coronas: la blanca del sur y la roja del norte.

SACERDOTES: se dedicaban a ofrendar a los dioses, a cambio recibían tierras e ingresos. En templos como el de Karnak hubo una gran plantilla dedicada exclusivamente a esta labor, y ejercían gran influencia sobre el faraón y las clases dirigentes, pero probablemente no es hasta el Imperio Nuevo cuando la dedicación exclusiva se generaliza. Normalmente era el faraón quien designaba quién estaba al frente del templo, pero a finales del Imperio Nuevo los cargos se hicieron hereditarios en muchos casos. Tenían escuelas para preparar a los jóvenes para el sacerdocio, generalmente provenientes de familias nobles. Recibían los ingresos de las ofrendas de los templos y de los trueques.

EL CLERO DE AMÓN: las primeras alusiones al clero de Amón se encuentran en la XII Dinastía, y era dirigido por un gran sacerdote llamado “el primer profeta de Amón”, que contaba con alto clero y un bajo clero como asistentes. Un amplio personal femenino acompañaba a los sacerdotes: eran las cantoras y las esposas del dios. La reina tenía el título de divina adoratriz. Los sacerdotes de Amón estaban entre los más ricos, lo que favoreció su poder.

EJÉRCITO: el ejército regular no será una realidad hasta el Imperio Nuevo. Hasta entonces, si el rey necesitaba tropas debía recurrir a la ayuda de los nomarcas, que gobernaban en los nomos, la demarcación territorial egipcia. Las tropas regulares estaban en Nubia. En tiempos de Horemheb ay documentación que habla de guarniciones situadas en el Delta y en el Bajo Egipto. Ramsés II llegó a tener cuatro ejércitos bajo la protección de los cuatro grandes dioses de Egipto. Los hicsos introdujeron la utilización del carro como arma de guerra, que tiraban dos caballos y montaban un conductor y un guerrero. La infantería se organizaba en compañías de entre 200 y 500 hombres, cada veinte compañías era una división. Socialmente, los militares eran considerados privilegiados, estaban bien situados económicamente porque participaban de los botines y de donaciones de terrenos. Egipto también tenía marina, pero de este extremo hay menos documentación.




 
Muro Norte de la sala hipóstila de la Capilla de Hathor del Templo de Hatshepsut en Deir el-Bahari. Detalle del registro inferior con una representación de soldados egipcios marchando con armas, estandartes, abanicos y ramas de arbustos, acompañando la procesión de la diosa Hathor

 
 








LA ADMINISTRACIÓN: un territorio de enromes dimensiones debía estar rígidamente centralizado a través de una red de funcionarios que se encargarán de procurar que se mantuviera unido, tanto a nivel económico como social. Los visires eran los más altos funcionarios, uno vivía en el norte, en Heliópolis, y otro en el Sur. Por debajo de ellos, una red de gobernadores de nomos y condes. Además existían otros que cumplían las funciones de mensajeros, y se encargaban de mantener la cohesión con el resto de nomos. Los funcionarios vigilaban y recaudaban la hacienda pública, eran una clase privilegiada.

LOS ESCRIBAS: se dedicaban a la escritura de documentos de todo tipo: literario, religioso, histórico, administrativo, judicial... Había escuelas de escribas que permitían el acceso a todo aquel que los solicitaba, a pesar de la jerarquización. En una gran fosa de la aldea de trabajadores de Deir el Medina, se han encontrado grandes cantidades de ostraca, un material que se utilizaba para hacer pruebas, y que han proporcionado valiosa información sobre la procedencia plural de quienes sabían escribir, sobre sus modos de vida, y sobre sucesos como la primera huelga de la historia, que se comenta más adelante.
 
 

 

Escriba Sentado
 
 






LOS ARTESANOS: trabajaban para el faraón o para los grandes templos, en amplios talleres bajo la supervisión de un superintendente, un cargo que generalmente era hereditario. La artesanía debió ser muy importante, tanto para objetos suntuarios como de primera necesidad: había carpinteros, escultores, vidrieros, tejedores, pintores, albañiles... que debían trabajar unas ocho o diez horas al día, y ocho días de cada diez, según la semana egipcia.




LOS TRABAJADORES DEL FARAÓN: la política de obras públicas de los faraones obligaba a mantener a un gran número de trabajadores. Uno de los ejemplos más llamativos será la concentración de estos trabajadores en el poblado de Deir el-Medina, del que hablaremos más adelante. El régimen alimenticio de los trabajadores solía estar compuesto de pan, carne de buey, ternera, gacela aves y todo tipo de verduras, además de vino, leche y cerveza. Trabajaban ocho días de cada diez, y los vigilaban escribas, funcionarios y el clero. Muchos de los obreros eran dueños de sus propias casas, y podían ausentarse del trabajo por enfermedad, celebración de la fiesta de la madre o discusión con la esposa. Tenían incluso un tribunal de obreros que dirimía los asuntos que los enfrentaban. Los salarios se pagaban en víveres y puntualmente, y cuando no sucedía se producían huelgas. Parece que los trabajadores del faraón tenían unas condiciones privilegiadas de vida frente al resto de obreros.

LA PRIMERA HUELGA DE LA HISTORIA: se produjo en tiempos de Ramsés III, de la XX Dinastía, nieto de Ramsés II, el Grande. Se conoce su existencia por el Papiro de la Huelga de Turín. Los obreros del Valle de los Reyes eran empleados del faraón y trabajaban ocho días de cada diez de la semana egipcia. Cobraban un salario generalmente en especie, y vivían en la aldea de Deir el Medina, junto a artesanos y escribas. Durante los días de trabajo, no podían abandonar la tumba, excepto en festividades o por orden del patrón, y como medida de control se pasaban largas listas cada día. Los salarios se pagaban por adelantado, a principios de mes. Aunque en esta época del Imperio Nuevo fueron frecuentes los retrasos. Se han encontrado ostracas que narran como las raciones comenzaban a llegar tarde, e incluso manipuladas. Y el hambre les hizo tomar la decisión: los trabajadores se amotinaron, abandonaron su trabajo y se encaminaron hacia los templos para entrar a la fuerza y reclamar su pago. Y lo consiguieron, pero al poco tiempo el retraso se repitió, y con él, las huelgas. Coincidió la segunda huelga con la visita del visir Ta. Consiguieron entonces raciones completas, pero se les advirtió que si volvían a los paros serían castigados. La situación de las siguientes generaciones, bajo el mando de los sucesores de Ramsés III, no mejoró, y tuvieron que volver a movilizarse. Aveces los paros duraban solo días, otras semanas e incluso meses. Casi siempre eran por motivos económicos y no por las condiciones de trabajo. Las últimas noticias de estas movilizaciones son del reinado de Ramsés 
Camino de Deir el-Medina
 
XI, poco antes de desaparecer esta aldea de trabajadores.


SOCIEDADES PREHISTORICAS


Dos grandes fuerzas, el Nilo y el desierto, forjaron una de las civilizaciones más duraderas de la historia humana. Cada año, el río se desbordaba y depositaba una nueva capa de sedimentos a lo largo de toda su llanura aluvial, lo que impulsó a los egipcios a designar a esta región kemet o «tierra negra». Este ciclo de renovación previsible nutría los campos, llenaba los graneros y mantenía una teocracia 3, cuyos conceptos básicos estuvieron en vigor durante más de tres milenios. El desierto actuaba como barrera natural, protegiendo Egipto de las invasiones de otros pueblos y sus ideas, que tanto afectaron a otras sociedades primitivas. El clima seco de esta región geográfica ha preservado algunos objetos, como papiros, reveladores de una cultura que aún hoy fascina.
Mapa de Egipto Antiguo, realizado por Bourguignon d′Anville en 1765, titulado «Aegyptus antiqua» para la Description de l′Egypte. Publicada en París en 1809 en la Imprenta Imperial, bajo los auspicios de Napoleón Bonaparte, fue el origen de la ciencia que hoy se conoce como EgiptologíaMapa de Egipto Antiguo, realizado por Bourguignon d′Anville en 1765, titulado «Aegyptus antiqua» para la Description de l′Egypte. Publicada en París en 1809 en la Imprenta Imperial, bajo los auspicios de Napoleón Bonaparte, fue el origen de la ciencia que hoy se conoce como Egiptología
En el siglo III a. C., un sacerdote, Manetón, escribió una historia de Egipto titulada Aegyptiaca en la que enumeraba a los reyes del país desde la ascensión al trono de Menes, en 2950 a. C., hasta la conquista de Alejandro, en 323 a. C.; su obra sólo sobrevive en extractos de los historiadores clásicos. En la Historia de Egipto se distinguen los siguientes períodos:
 
 
1. Período Arcaico (hacia 3100 a. C.): Hubo un tiempo en que Egipto era una sabana, donde pastaban elefantes y gacelas y donde los humanos cazaban y recolectaban su alimento. Hace unos 7 000 años el clima cambió y la tierra, excepto las riberas del Nilo, se desertizó. La gente se asentó a orillas del río y empezó a cultivar la tierra y a formar comunidades. En el norte (Bajo Egipto), se desarrolló un notable centro comercial. En el sur (Alto Egipto),Naqada y Hieracónpolis se convirtieron en importantes núcleos de población. Narmer, gobernante del Alto Egipto, unificó las dos regiones hacia el 3100 a. C. 4
 
 
2. El Imperio Antiguo (hacia 2575-2150 a. C.): Cuanto más afirmaban su poder y organizaban la administración del territorio -que por el sur se extendía hasta Nubia- mayores eran los recursos que los faraones destinaban a la construcción de sus tumbas. Los primeros arquitectos trabajaron con ladrillos de adobe, pero en la III dinastía empezaron a proyectar pirámides de piedra cada vez mayores. Sólo la realeza era enterrada en ellas, aunque los nobles ricos se construían también sepulturas espléndidas. Los jeroglíficos de las paredes describían la prodigalidad que esperaban en el otro mundo. Entre los bienes depositados en la tumba había papiros y objetos de oro y lapislázuli. En su mayor parte, las obras se realizaban durante los meses en que el Nilo inundaba los campos de cultivo y el faraón podía emplear a los labriegos como albañiles. Para completar la gran pirámide de Keops, en Gizéh, los obreros prepararon y asentaron unos 2,3 millones de bloques de piedra, cuyo peso medio se acercaba a las 2,5 toneladas.
 
Perspectiva de Egipto, de Alejandría a FiléPerspectiva de Egipto, de Alejandría a Filé
La autoridad del faraón Keops era absoluta; pero desde la VI dinastía algunos administradores regionales, gobernantes de los nomos o provincias del Egipto antiguo, usurparon privilegios reales. Tiempo después, varios gobernantes de importantes nomos competían por el poder y Egipto sufrió una serie de conflictos, pobreza y hambre: comienza el llamado primer período intermedio (hacia 2125-1975 a. C.).
 
 
3. El Imperio Medio (hacia 1975-1640 a. C.): Con la XI dinastía, radicada en Tebas, la estirpe real comenzó a reafirmar su autoridad, pero fue Mentuhotep II quien logró controlar de nuevo el país entero. En su medio siglo de reinado se produjo un renacimiento de la cultura egipcia, que se prolongaría en las dos dinastías sucesivas. Se fundó una nueva capital cerca de Lisht, a unos pocos kilómetros al sur de Menfis (en el Bajo Egipto). Los arquitectos restauraron los templos y construyeron nuevas pirámides. Los artesanos crearon obras de gran detalle, que nos informaron sobre la vida cotidiana de aquel Egipto. Los orfebres labraron complejas joyas con incrustaciones de piedras muy valiosas. Los escritores crearon algunas de las mejores obras literarias del Egipto antiguo. El país comenzó a crecer como potencia dominante en la zona, reconquistando Nubia, gestando expediciones comerciales y erigiendo baluartes en el sur, que reafirmaban su autoridad. La prosperidad atrajo a muchos extranjeros, en especial a un pueblo mediterráneo oriental, cuyos jefes fueron llamados hicsos 5. Durante la XIII dinastía, con sede en Menfis, los hicsos comenzaron a lograr poder político. Se ignora cómo, pero llegaron a gobernar Egipto desde su capital Avaris, en la región oriental del delta del Nilo, durante una época incierta: el segundo período intermedio (1630-1520 a. C.). Simultáneamente los egipcios gobernaban en Tebas, libres de la injerencia de los hicsos.
 
 
4. El Imperio Nuevo (hacia 1539-1075 a. C.): Los gobernantes tebanos 6 expulsaron, por fin, a los hicsos del Delta e iniciaron una época de bienestar y poderío sin precedentes. Las campañas militares dilataron las fronteras de Egipto respecto a las del Imperio Medio, creando un dominio que abarcaba desde la quinta catarata del Nilo hasta el Éufrates, en Asia occidental. El reino de Mitanni y los hititas, dos potencias del Norte, se hicieron aliados, y Asiria y Babilonia pagaban tributos. Las riquezas vertidas sobre el principal dios estatal, Amón-Ra, otorgaron una influencia creciente a los sacerdotes del gran templo de Karnak, en Tebas. Quizás para contrarrestarla, el faraón Akenatón promovió el culto monoteísta a Atón, el dios Sol, y erigió una nueva capital en Amarna, al norte de Tebas. Por entonces, los faraones habían dejado de construir pirámides. Tal vez con intención de evitar saqueos, mandaron excavar sus tumbas en los riscos del desierto, al oeste de Tebas, en el conocido hoy como Valle de los Reyes. Los tesoros de la tumba 7 de Tutankamón, un faraón menor en la historia del Egipto antiguo, ofrecen un atisbo de aquella edad dorada. Los faraones de las dos dinastías siguientes -entre ellos Ramsés II, el Grande- reinstauraron las creencias tradicionales y combatieron a sucesivos enemigos, pero el Imperio acabó por resquebrajarse. Durante el tercer período intermedio (hacia 1075-715 a. C.), el poder pasó a los gobernantes de Tanis, en la zona oriental del Delta, y el de los sacerdotes de Tebas a las etnias de Libia y Nubia. Los reyes egipcios de Sais, en la zona occidental del Delta, se impusieron, más tarde, como XXVI dinastía de faraones de Egipto. Después, un Egipto debilitado sucumbió frente a asirios y persas y, luego, ante Alejandro Magno. Con la caída de su tradición dinástica, la cultura egipcia empezó a declinar.
3 Teocracia, del griego θεοκρατία, de θεόσ (Dios) y κρατοσ (dominio). En Egipto, esta teocracia estaba encabezada por un rey emparentado con las divinidades, el faraón.
4 Una tablilla ceremonial, hecha a imitación de las paletas utilizadas para moler cosméticos, conmemora, al parecer, tan decisivo evento. En un lado aparece Narmer con la corona del Sur y abatiendo a un enemigo; en el reverso se ciñe la corona del Norte en una parada triunfal.
5 ¿Detrás de estos hicsos habría que ver a los hebreos, que descienden a Egipto? ¿Estaría detrás de este episodio la historia que nos narra la Biblia sobre los hijos de Jacob? ¿Estaría aquí encuadrada la historia de José y sus hermanos? Todo ello ¿explicaría la presencia de los hebreos en Egipto y su expulsión en tiempos de Moisés?
6 Tebas se sitúa en el centro geográfico del país.
7 La tumba de Tutankamón fue hallada en 1922 por H. Carter con el patrocinio de lord Carnavon. Supuso, entonces, una auténtica novedad en la egiptología y, por los tesoros descubiertos, fue objeto de primera noticia en todos los diarios del mundo.

DINASTIA XVIII


La dinastía XVIII la integran el conjunto de faraones que gobernó Egipto entre los años 1550 y 1295 a. C., aproximadamente. Esta época se considera uno de los periodos de máximo esplendor de la civilización faraónica, así como un momento de gran expansión territorial. Es el comienzo del periodo denominado por los historiadores Imperio Nuevo de Egipto.

Índice

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[editar]Historia

La próspera dinastía XVIII se compone de catorce, o quince reyes, casi todos bastante bien documentados.
Los nombres que figuran a continuación son los helenizados, los más comunes, seguidos de las transcripciones en castellano de sus títulos: el Nombre de Trono o de Nesut-Bity, y el Nombre de Nacimiento o de Sa-Ra, los más utilizados por estos faraones en inscripciones y monumentos.
Amosis INebpehtyra Ahmose
Hijo del general Ibana y hermano del precursor de la unificación, Kamose, fue el libertador de Egipto, tierra que llevaba unos cien años parcialmente dominada por el pueblo asiático de los hicsos. Gobernó 25 años, durante los cuales pudo restaurar el sistema político anterior a la conquista hicsa, así como proteger las fronteras con numerosas fortalezas.
Amenofis IDyeserkara Amenhotep
Hijo del anterior. Sus 21 años de reinado fueron de continuidad respecto a los de su padre. Emprendió algunas campañas en Nubia y desarrolló una importante actividad arquitectónica, que le valió ser considerado el fundador del poblado de constructores de tumbas de Deir el-Medina.
Tutmosis IAajeperkara Thutmose
Se desconocen los lazos que le unían a su antecesor (hijo natural, yerno, cuñado...). Se tuvo que casar con una princesa real para poder legitimar su ascenso al trono. Gobernó durante unos 13-15 años, en los que convirtió al país en una superpotencia mundial, conquistando toda la región sirio-palestina y llegando hasta la cuarta catarata del Nilo en Nubia. Fundó el Valle de los Reyes y, fue en definitiva, uno de los más grandes faraones de la historia.
Tutmosis IIAajeperenra Thutmose
Hijo del anterior con una esposa secundaria. Su ascensión al trono es legitimada con la adopción como Gran Esposa Real de su hermanastra Hatshepsut. Se desconoce el tiempo exacto de su reinado, que oscila entre 3 y 13 años. Dejó abandonado el gobierno de país a favor de su Gran Esposa Real y de sus ministros, y parece ser que fue un rey muy inactivo, que pasó sin pena ni gloria.
HatshepsutMaatkara Hatshepsut
Esposa del anterior. Era la hija nacida de Thutmose I con su Gran Esposa Real, y por tanto, la única portadora de la legitimidad. Es uno de los personajes más atractivos de Egipto por el hecho de coronarse reina-faraón a la muerte de su marido, y establecer una corregencia con el legítimo rey, Tutmosis III, durante 20 años. Fue una grandísima constructora, que se supo rodear de hombres eficaces, pero dio excesivos poderes al clero de Amón.
Tutmosis IIIMenjeperra Thutmose
Hijo de Thutmose II y de una esposa real de menor rango. Tuvo que compartir el trono con su tía-madrastra durante 20 de los 54 años de su reinado. A la muerte de Hatshepsut, borró todo rastro de su memoria y usurpó sus monumentos. Ha pasado a la historia como el "Napoleón egipcio", por sus victoriosas campañas asiáticas y africanas, que lo convirtieron en el faraón más importante jamás nacido y en el terror de los demás pueblos. Durante su reinado, Egipto alcanzó su máxima expansión territorial.
Amenofis IIAajeperura Amenhotep
Hijo del anterior. Prosiguió la estela de gloria de su padre con excelentes resultados, pero se negó a seguir avanzando en las conquistas, conformándose con tener en su poder Nubia y toda Siria. Reinó cerca de 26 años, en los que logró mantener el país en la cima y en el centro del mundo entonces conocido.
Tutmosis IVMenjeperura Thutmose
Hijo del anterior. Sus 10 años de reinado los consagró a mantener las cosas como estaban, firmando beneficiosos tratados de paz con Mitani y Babilonia. No habría más conquistas egipcias, era el tiempo de recoger lo sembrado. Thutmose IV fue el primero de los reyes que comenzó a alejarse perceptiblemente de los todopoderosos sacerdotes de Amón, estableciendo como alternativa el culto solar.
Amenofis IIINebmaatra Amenhotep
Hijo del anterior. Es, por excelencia, el rey más opulento del mundo y de toda la dinastía, y sin duda el monarca más rico de la época. Se encargó de enriquecer como nunca el estado gracias a las conquistas de sus antecesores. Su largo reinado de 38 años lo consagró a una intensa actividad constructora, sólo superada por Ramsés II. Al final de su reinado es deificado en vida y se implanta el culto a Atón, el disco solar, como claro oponente a Amón, comenzando las tensiones internas.
AkenatónNeferjeperura AmenhotepNeferjeperura Ajenatón o Amenhotep IV
Hijo del anterior, se coronó como Amenofis IV pero cambió su nombre durante el cuarto año de reinado. Su reinado es único por ejecutar por primera vez en la historia de la civilización humana una reforma religiosa en torno a Atón y suprimir en mayor o menor grado el resto de credos, en especial el del dios Amón. Cambió la capital de Tebas aAjetatón, fundada por él mismo, e ignoró las amenazas exteriores. En sus 17 años de reinado se deterioró sensiblemente el imperio exterior egipcio y todas las posesiones sirias se perdieron debido a las conquistas hititas.
NeferneferuatónAnjetjeperura Neferneferuatón
Nombre que tomó la Gran Esposa Real de Ajenatón, la bella Nefertiti, y también nombre con el que se designó al primer corregente de Ajenatón. Como a veces aparece con el nombre de una mujer, se ha pensado que Nefertiti fue ascendida al rango de corregente, igual que Hatshepsut, conservando su título de Neferneferuatón.
SemenejkaraAnjjeperura Semenejkara
Fue el último corregente de Ajenatón, durante el espacio de sus últimos años de reinado. Se desconoce todo acerca de este rey fantasma, y se ha llegado a pensar que no es más que otro nombre de la reina Nefertiti. Fuera hombre o mujer, lo cierto es que tras la muerte de Ajenatón parece que gobernó en solitario unos meses más, en los que al parecer ya comenzaron los contactos con los sacerdotes de Amón. El sueño de Ajenatón había finalizado.
TutankamonNebjeperura Tutanjamón
Posiblemente fuese hijo de Ajenatón (Akenatón) y de una esposa secundaria de nombre Kiya. Fue un rey-niño manejado por los grandes personajes de la corte. Sus 10 años de reinado fueron muy intensos en el sentido de que se trató de recuperar todo lo perdido durante la época herética de Ajenatón: Tebas recuperó la capitalidad, Amón volvió a ser la cabeza del panteón, se restauraron todos los monumentos... Tras su prematura muerte, se extinguió definitivamente el linaje real descendiente de Ahmose.
AyJeperjeperura Ay
Visir de Tutanjamón (Tutankamón), uno de los personajes más importantes de la corte. Era el progenitor de la reina Nefertiti y existen hipótesis de algún vínculo sanguíneo con la reina Tiy, la esposa principal de Amenhotep III. Ya era de muy avanzada edad cuando logró el ansiado trono, y sólo gobernó 4 años, que al parecer fueron de continuidad con los de su joven antecesor. Para legitimar su ascensión al trono, toma como Gran Esposa Real a la reina sobreviviente de Tutanjamón, la reina Anjesenamón, quién a la sazón era su nieta.
HoremhebDyeserjeperura Horemheb
Considerado por algunos el fundador de la dinastía siguiente, este general se casó con la hija de Ay y medio-hermana de Nefertiti para legitimar su ascenso al trono. Su reinado fue de unos 27 años, en los que se encargó de suprimir los nombres de Ajenatón, Smenkara, Tutanjamón y Ay, mostrándose como el sucesor de Amenhotep III. Tuvo numerosas actividades bélicas, y recuperó parte del sur de Palestina, pero jamás se volvería a alcanzar la expansión lograda por Thutmose I y III.
El sucesor de Horemheb fue su visir, el anciano Paramesu, quien tomó el nombre de Ramsés I y fue fundador de la Dinastía XIX.

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miércoles, 26 de diciembre de 2012

AMENOFIS III


Nebmaatra Amenhotep,1 Amenhotep III,2 o Amenofis III,3 fue un importante faraón de la dinastía XVIII de Egipto que gobernó de c. 1390/1 a 1353/2 a. C.4 También es conocido como Imenhotep IIIAmenophis IIIMemnon, y otros nombres helenizados.5La transcripción de los jeroglíficos de sus títulos es Neb-Maat-Ra Amen-Hotep, su nombre de Trono y el de nacimiento.

Índice

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[editar]Biografía

Amenofis III fue el noveno faraon de la Dinastía XVIII de Egipto. Sucedió a su padre, Thutmose IV. Junto con la reina Tiy tuvo a su hijo, Ajenatón (Akenatón), que le sucedió en el trono. Parece ser que Amenhotep fue coronado siendo todavía un niño, probablemente a una edad entre los seis y los doce años. Fue debidamente regido en su infancia por su madre, la reina Mutemuia, y por un consejo de regencia.
En esta época cobraron suma importancia sus suegros, Yuya y Tuyu, quienes posiblemente podían haber sido sus tíos. Era tan grande el poder y la influencia que ejercía aquel matrimonio que incluso gozaron del honor de poder ser enterrados en el Valle de los Reyes.

[editar]Un largo reinado

El reinado de Amenhotep III puede calificarse como el más próspero de toda la historia de Egipto, pues fue inmediatamente después de las gloriosas campañas asiáticas de Thutmose III y de Amenhotep II y justo antes de la crisis de Amarna, que tuvo como protagonista a su hijo Amenhotep IV, el futuro Ajenatón.
Comúnmente se ha pensado en Amenhotep III como un monarca algo incapaz, centrado en la tarea de edificar templos y tumbas, en hacer enormes cacerías y en buscar bellas mujeres tanto dentro como fuera del país para nutrir sus harenes. Según esta teoría, el monarca estaría manejado por una camarilla de gobierno encabezada por su propia mujer, la reina Tiy. Los escarabeosconmemorativos hablan de cacerías de leones, paseos por el lago artificial de Malkata y de la llegada de jóvenes al harén: una vida regalada, pero no la de un gran rey.
Amenhotep murió el año 39º de su reinado y fue enterrado en la tumba KV22 del Valle de los Reyes. Su momia (en pésimo estado de conservación), se encontró cerca de la tumba de su abuelo Amenhotep II ya que los sacerdotes de la Dinastía XX la trasladaron allí para protegerla de saqueos y actos de vandalismo. En septiembre de 2010, National Geographic publicó que la identidad de esta y otras momias fue posible gracias a un análisis de ADN practicado a la momia de Tutankamón. Gracias a ello, se identificó además a la Reina Tiy, a Ajenatón, a la madre de Tutankamón y a la esposa de éste. la momia de Tiy se corroboró también con los restos de Yuya y Tuyu.
Siempre se ha hablado de la posibilidad de una corregencia entre Amenhotep III y Amenhotep IV, y se han dado plazos de unos dos, nueve o incluso doce años, si es que tal situación llegó a existir. Gracias a las cartas de Amarna, en especial a una recibida por Suppiluliuma, el rey hitita, que felicita cortésmente a Ajenatón por su subida al trono, parece ser que la corregencia entre padre e hijo tuvo que ser de dos años como máximo.

[editar]Política exterior

La estabilidad lograda por las conquistas de sus predecesores trajo una época de prosperidad, debido a los tributos pagados por los pueblos vencidos. Egipto era, indiscutiblemente, la gran potencia de la zona. La paz favorecía el comercio, fuente adicional de riqueza.
  • Levante era zona de influencia egipcia, y se mantenían alianzas con Mitani y Babilonia.
  • En una estela se informa de la campaña contra Ibhet en Kush el año quinto de su reinado. Afirmó la soberanía de Egipto levantando numerosos templos en todo el territorio nubio.

[editar]Política interior

Se apoyó en dos consejeros: el visir del Alto Egipto, Ramose y el arquitecto Amenhotep, hijo de Hapu, con la poderosa influencia de la primera Gran Esposa Real, Tiy. El problema interno lo creaban los sacerdotes de Amón, que debido a las donaciones de Tutmosis III se habían vuelto tan poderosos que amenazaban al propio faraón. Tutmosis IV había intentado frenar al clero potenciando el culto al disco solar, Atón, que figura en su tumba. Amenhotep III continuó con esta huida diplomática, se alejó de Tebas construyendo un palacio en Malkata, en la ribera occidental y otro en El Fayum. Muertos sus consejeros y al subir como corregente su hijo, éste empezó la verdadera guerra política contra los amonianos, apoyado por la reina Tiy.

[editar]Descendencia

De la infinidad de mujeres que tuvo el faraón, sólo tres ascendieron al rango de esposa real: su posible prima Tiy, una mujer con gran energía y una auténtica gobernante en la sombra; la princesa real Giluhepa de Mitani, que fue el símbolo de la alianza entre ambos países; y la primogénita de Amenhotep III y Tiy, la dama Sitamón, con la que cometió incesto en los últimos años de reinado. Este caso es puntual, pero no es el único en la historia de Egipto. El viejo faraón se casaría con otras dos hijas suyas, a las que no ascendió al rango de gran esposa real. Otra esposa bien conocida, y que tampoco fue gran esposa real, sería otra princesa mitania, Taduhepa, sobrina de Giluhepa e identificada por algunos como la propia Nefertiti.
Estatua de Amenhotep III y el diosSobek, procedente del templo de Sobek, en Dahamshaen. Museo de Luxor.
  • Hijos nacidos de Tiy.
    • Sitamón. La primogénita, que más tarde se casaría con su propio padre a finales del año 30º con motivo de su jubileo.
    • Ajenatón. Llamado originalmente Amenhotep, acabaría por sucederle en el trono y romper totalmente con todos sus antecesores, rechazando a Amón y estableciendo un culto casi monoteísta al disco solar, Atón.
    • Henuttaneb e Isis. Otras princesas, que también se casarían con su padre en el segundo y tercer jubileo, respectivamente, con el rango de esposas secundarias.
    • Nebetta y Baketatón. Quizás planease casarse con ellas en siguientes jubileos; sea como fuere, sus huellas desaparecen, y lo único que sabemos es que Baketatón permaneció en Tebas con Tiy hasta su muerte.
  • Hijos nacidos de Giluhepa.
    • ¿Thutmose? El hijo varón mayor del rey no era hijo de Tiy, pues de haber sido así no habría tomado el nombre de Thutmose. Aun así, no se sabe con exactitud que hubiese nacido de la primera princesa mitania.
  • Hijos nacidos de Sitamón.
    • ¿Semenejkara? No sabemos nada de este personaje, ni siquiera si llegó a existir o era Nefertiti con un nombre masculino. Si fue un varón emparentado con Ajenatón, es posible que fuera sobrino suyo.
    • ¿Tutanjamón? Hay dos serias parejas candidatas a ser los padres del famoso rey-niño: Amenhotep III y Sitamón o bien Ajenatón y Kiya, su esposa secundaria. En el caso de que la corregencia de Amenhotep III y Ajenatón sólo fuese de dos años (tendencia que se suele seguir ahora), es materialmente imposible que Tutanjamón (Tutankamón) fuese hijo de Amenhotep III.

[editar]Construcciones más importantes

El periodo de su reinado coincidió con una época de paz, prosperidad y esplendor artístico. Realizó numerosas construcciones en el templo de Amón en Karnak, incluyendo al menos un pilono, una columnata a continuación de la nueva entrada y un templo dedicado a la diosa Maat.
Coloso de Memnón.
También supervisó la construcción de un nuevo templo en Tebas, una monumental y bellísima edificación que aun puede admirarse. Se cree que en el undécimo año de su reinado empezó un gigantesco palacio en el lugar conocido hoy en día como Malkata, en la ribera occidental, como regalo a su esposa Tiy. Una cabeza de granito de Amenofis III de 2,5 metros de altura fue hallada en su Templo mortuorio de Amenhotep III en la zona de Kom el Hitan en el actual Luxor.6
Su templo mortuorio, situado en la orilla occidental del río Nilo, fue en su tiempo el mayor complejo religioso de Tebas. Desgraciadamente lo construyó en una zona que sufre continuas inundaciones; por eso, doscientos años más tarde, el templo ya estaba en ruinas. LosColosos de Memnón, dos estatuas de 18 metros de altura, que estaban situadas a la entrada del complejo, son el único resto que aún sigue en pie de aquel fabuloso complejo.
Y no sólo se contentó con adornar Tebas, sino que hizo ampliaciones en otras ciudades sagradas como MenfisHeliópolis e incluso llegó a construir templos en Nubia, como el de Soleb, cosa hasta entonces inaudita y que después repetiría en varias ocasiones Ramsés II, el único rey que superaría a Amenhotep III en actividad constructora.
La gran actividad constructora de su reinado, sin parangón en la historia egipcia hasta entonces, fue también gracias a la incesante labor del hombre fuerte de su reinado, Amenhotep, hijo de Hapu, un anciano devoto de Amón que fue la gran presencia hasta aproximadamente el año 30. Fue tal la valía de este hombre que llegó a ser recompensado con un pequeño templo funerario cercano al de Amenhotep III: un privilegio sólo digno de los reyes.

[editar]Cronología

  • 1391 a. C.: Ascenso al trono, posiblemente con doce años de edad.
  • 1386 a. C.: Expedición victoriosa a Kush (Nubia).
  • 1360 a. C.: Muerte del arquitecto real, Amenhotep hijo de Hapu, diseñador del templo de Amón en Tebas. Sus normas arquitectónicas permanecerán hasta la época ptolemaica.
  • 1359 a. C.: Se completa el templo de Amón.
  • 1353 a. C.: Su hijo Amenhotep IV (Ajenatón) es asociado al trono como corregente.
  • 1352 a. C.: Muerte de Amenhotep.

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