Amenhotep o Amenofis IV Faraón egipcio de la XVIII dinastía (?, h.
1380 - ?, h. 1362 a.C.). Fue sucesor de su padre, Amenofis III. Es
recordado como un faraón herético o revolucionario, por cuanto, en un
imperio esencialmente inmovilista, se atrevió a introducir un nuevo
culto basado en la adoración del dios sol, Atón. Dicho cambio, que
entrañaba importantes consecuencias en todos los órdenes de la vida de
un Estado teocrático, tenía una intención política, pues permitió al
faraón recuperar parte del poder que había ido perdiendo en beneficio de
los sacerdotes y de la burocracia civil. En consecuencia, levantó una
fuerte oposición, que daría al traste con la reforma tras la muerte de
Akenatón.
Casado con la bella Nefertiti, accedió al trono a los 18 años. En el
quinto año de su reinado decidió romper con el orden establecido,
imponiendo la nueva religión y cambiando su propio nombre de Amenofis
por el de Akenatón (el que es grato a Atón); la capital fue trasladada a
una ciudad nueva, Aketatón (Tell-el-Amarna), situada a medio camino
entre las dos capitales tradicionales del Imperio, Tebas (en el Alto
Egipto) y Menfis (en el Bajo Egipto).
La religión que trató de establecer se basaba en la superioridad de
Atón sobre los demás dioses del panteón egipcio, lo que implicaba una
tendencia monoteísta, incluso si el propio faraón seguía siendo adorado
como un dios, intermediario privilegiado hacia el supremo Atón; los
templos de los demás dioses fueron cerrados, sus propiedades confiscadas
y sus símbolos destruidos (especialmente los dedicados a Amón-Ra,
deidad predominante en la religión tradicional, cuyos sacerdotes habían
acumulado poder y riquezas).
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