lunes, 22 de abril de 2013

NAVEGACION Y RUTAS EN EL EGIPTO DE DARIO


Navegación y rutas en el Egipto de Darío:
El gran período de legislación y codificación que representan los reinados de Amasis y Darío queda también marcado por la expansión económica de Egipto, tal vez la más rápida que dicho país hubiese conocido jamás. Su prosperidad tenía dos bases: la producción interior, que alimentaba a la exportación -especialmente la del trigo-, y el mar, que mantenía al país en contacto con el extranjero.
[...] El desarrollo del comercio había sido ya una de las preocupaciones constantes de los reyes de la XXVI dinastía. En este respecto, Darío prosiguió con gran fidelidad la política saíta. Así como Necao había hecho reconocer las costas de Africa por los marineros fenicios en un intento de abrir nuevas perspectivas, Darío envió a Escilax de las bocas del Indo al mar Rojo para establecer relaciones directas entre la India y Egipto. La ruta entre estos dos territorios parece haber existido desde hacía muchos siglos, pero los egipcios sólo la frecuentaban hasta el país de Put (Arabia y las Somalias). La tradición pretende que una reina de Saba visitó Jerusalén durante el reinado de Salomón; y aunque ello no fuese más que una leyenda demostraría la existencia de poblaciones árabes que servían de intermediarias entre el mar Rojo y el de la India. Pero una vez establecidas relaciones directas, el tráfico debía adquirir una amplitud muy distinta. La ruta entre el Indo y el mar Rojo llegaría a convertirse en una de las vías esenciales del Imperio persa. Al crearla, Darío preveía su futuro. Por esto, en el cuarto año de su reinado (518) emprendió su viaje a Egipto para encontrarse allí a la llegada de la expedición confiada a Escilax. En pocos años, los límites del mundo conocido habían retrocedido mucho, y Egipto aparecía como punto de unión de todas las rutas marítimas del mundo civilizado. A partir del Imperio Antiguo, su posición de intermediario entre el Mediterráneo y los países de Oriente fue comprendida por los faraones.
Reapertura del canal de Suez:
El istmo de Suez había sido abierto en varias ocasiones a la navegación, desde Bubastis hasta el mar Rojo por el Wadi Tumilat y los lagos Amargos. Al mismo tiempo que hacía explorar las costas de Africa, Necao había reanudado, con un proyecto de mayor amplitud, la reparación del antiguo canal. Darío ordenó terminarlo en el momento en el que Escilax enlazaba la India con Egipto: El antiguo canal había sido obstruido por la arena, pero en pocos años una soberbia vía acuática de 45 metros de ancha, en la que dos trirremes podían cruzarse o navegar de lado, y provista de caminos de sirga, unió los dos mares. La inauguración, que tuvo lugar en presencia del propio Darío, fue una ceremonia grandiosa. Tres grandes estelas de granito rosa con inscripciones en egipcio y en los idiomas imperiales -arameo, persa antiguo, elamita y babilonio- fueron erigidas, jalonando el canal en Tell el-Maskhutah, el-Kabrit (Kabret) y Suez, para recordar la grandiosa obra realizada por el rey "del Alto y el Bajo Egipto, el Gran Rey, el rey de reyes, Darío... el hijo de Neith, la imagen de Ra... de quien todo lo que Su Majestad pronuncia existe inmediatamente como todo lo que brota de la boca de Ra".
[...] Al mismo tiempo que estas estelas gloriosas quedaban erigidas, la primera escuadra, compuesta de veinticuatro navíos, atravesaba el canal en presencia del rey para transportar a Persia, por vía marítima, los tributos de las provincias orientales del Imperio. Las mercancías procedentes de Oriente llegaban hasta entonces al Mediterráneo por diversas rutas: la del Oxus y la del Caspio, que Ciro había tratado de valorizar fundando la ciudad de Cirópolis, de la que nos han llegado muy pocas noticias; la de Mesopotamia, que enlazaba el golfo Pérsico con Siria mediante el camino de caravanas que había sido origen de la riqueza de Damasco; la del mar Rojo, por donde llegaban los productos de la India, y que había enriquecido a los sabeos, los mineos y los nabateos de Arabia, alcanzaba el golfo Elanítico, se dirigía desde allí a los puertos fenicios, por el valle del Jordán, y en Petra enlazaba con la ruta de caravanas procedente del golfo Pérsico. Desde Siria las mercancías arriban a Egipto por mar o por la ruta del Sinaí.
La apertura del Canal de Suez aportaría una profunda transformación a todo este sistema de vías de tráfico internacional. A partir de entonces, los buques procedentes del mar Rojo podían llegar directamente a Bubastis, y desde allí a Menfis o al Mediterráneo. La ruta más cómoda para llegar a los puertos fenicios pasaría en adelante por el delta del Nilo. La introducción en todo el Imperio, y especialmente en Egipto, de una misma moneda, el darico deoro, y del sistema de pesos y medidas persa, debía ejercer también una considerable influencia en el desarrollo de los intercambios o en el carácter internacional de la economía. Al agrupar Mesopotamia, las ciudades fenicias, el Asia Menor y Egipto en un solo sistema monetario, Darío proseguía por otro camino el mismo plan de organización económica del Imperio al que tendía la creación del canal de Suez. Y a causa de este mismo canal, Egipto debía ocupar una posición clave en la economía general. [...] El impulso que recibió el comercio en Egipto después de la apertura del canal se hizo sentir profundamente en todo el país. La gran ruta de caravanas de Koptos a Qoseir (junto al mar Rojo) por el Wadi Hammamat adquirió una nueva importancia, demostrada por las doscientas inscripciones aqueménidas que se encontraron después en ella. Reconstruida como en los tiempos más prósperos de la antigüedad egipcia, viose jalonada de centros de actividad; las canteras fueron explotadas otra vez, y se creó una nueva ruta que enlazaba directamente a Tebas y el Alto Egipto con Persia y era utilizada por los altos funcionarios -como Atuyawahi, el gobernador de Koptos- para regresar a su país. La apertura del canal de Suez convirtió a Egipto en el centro de la economía oriental. La conquista del valle del Indo y su transformación en satrapía colocó a toda la economía india bajo el dominio de Darío. La ruta marítima que unía directamente Persia, el Indo y las costas de Arabia en el mar Rojo, y por éste a los puertos de Fenicia y de Jonia, sustituyó en provecho de Egipto a la antigua ruta terrestre de la India a Babilonia. A partir de entonces la importancia económica de Mesopotamia decaería rápidamente (Jacques Pirenne)

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